La Casa de Papel se tambalea

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La Casa de Papel se tambalea 1La Casa de Papel regresa a Netflix en pleno confinamiento para mantenernos ocupados unos cuántos días… o apenas unas horas para los más ansiosos. La vuelta del Profesor deparaba tantos deseos como miedos. Si la tercera temporada ya supuso repetir la fórmula inicial, aunque con gran acierto en los nuevos personajes y la trama, en esta cuarta da la sensación que la Casa se empieza a tambalear como si literalmente fuese de papel.

 

Sobra decir que a partir de ahora comienzan los spoilers y que todo son apreciaciones subjetivas. Me encanta La Casa de Papel y no suelo pedir el fin de la serie por miedo a que la puedan profanar. Sin embargo, creo que hubiese sido redondo terminar con la huída de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. No había necesidad de un segundo golpe, porque cuando se estira el chicle al final se cometen fallos como los de esta cuarta temporada.

La Casa de Papel necesita reformas

La temporada inicia otra vez con la voz en off de Tokio adentrándonos en la historia. Sin embargo, la necesidad de sobreexplicar una y otra vez lo que el propio espectador está viendo me genera rechazo. Ya sabemos que el Profesor está al límite, lo tenemos en pantalla corriendo desesperado por el bosque. Ya sabemos que Lisboa no está muerta, la tenemos delante metida en el furgón. No hace falta que me lo remarquen constantemente.

Esta estructura narrativa se repite tantas veces a lo largo de la serie que personalmente termina agotando. Además, tiende a ser un discurso tan pretencioso que resulta forzado. Es una de las grandes pegas que le sigo encontrando a la serie y por momentos me saca de la historia.

Por si fuera poco, abusan de este recurso para flashbacks tan intrascendentes como verlos jugar un partido de fútbol en el que la voz de Tokio predica frases como: “Nunca imaginé que los segundos previos a sacar un corner fueran tan divertidos”. Salvo que esté hablando un aficionado del Liverpool, me gustaría saber qué peso tiene para la trama frases de ese tipo. Es la primera vez en cuatro temporadas que echo de menos que Netflix me ofrezca la posibilidad de “Omitir flashback”.

La inmensa mayoría son relleno o sirven para justificar de forma conveniente el guión. Y cómo no, para darle minutos a los personajes fallecidos. La pérdida de Berlín fue valiente por parte de los guionistas, pero cada vez que recurren a sus flashbacks demuestran que si había un miembro de la banda que no debería haber muerto… ese era Berlín.

Todo lo anterior no deja de ser una visión particular en la que prevalecen los gustos personales. Donde realmente se resiente esta Casa es en la reiterada conveniencia narrativa. Porque si en las primeras dos temporadas el Profesor era un auténtico genio que tenía todo bajo control, en esta tercera y cuarta son los guionistas los que salen al rescate cada dos por tres. Cuando la historia llega a un punto surrealista, aparece el viaje al pasado para explicar que eso ya estaba planeado o se resuelve la situación con un Deus ex machina impropio del realismo que pretende dar la serie. Veamos algunos de esos fallos en esta cuarta temporada:

     – Ciudadanos fanáticos: Puedo entender que tengan algo de empatía por esa banda que intenta ser Robin Hood. Pero es que esa gente pasa días alrededor de un cordón policial jaleando a unos atracadores que acaban de hacer estallar un furgón blindado. Y cuando sacan a Lisboa de la carpa, traspasan la barrera para abrazarla como si fuera una estrella de cine ante la mirada de los policías. Siendo realistas, el máximo apoyo que tendrían es ser tendencia en Twittter.

– Gandía se quita las esposas: Segundos después de romperse el dedo para quitarse las esposas, Río le apunta con la pistola pero Gandía tiene las manos tan sanas que podría tocar el piano.

La Casa de Papel se tambalea 2
       Gandía sin esposas – La Casa de Papel

    – Una granada frenada por un casco y dos chalecos: Esto solo lo había visto en el Capitán América y si él pudo, por qué no iban a hacerlo Río y Denver. Encerrados en el ascensor y la explosión no les ocasiona absolutamente ningún daño.

    – Todos contra Gandía: Nada más terminar ese acto de fe que supone continuar viendo la serie después de la granada, Gandía está en mitad del pasillo disparando a Denver, Río y Helsinki que se encuentran justo delante. Pero es que a su espalda aparece Estocolmo y segundos más tarde llegan Bogotá y Palermo por el lateral. Pues después de un minuto de tiroteo, todas las balas son frenadas por el chaleco, nadie consigue abatirle y encima escapa.

    – El restaurante chino: Pero cuando casi entro en pánico fue al ver que el parking de la Audiencia Nacional está en la misma fachada que un restaurante chino abandonado que, casualmente, servirá de salvoconducto para rescatar a Lisboa. En ese momento paré la serie y conté hasta diez.

Restaurante Chino - La Casa de Papel
 Restaurante chino en Audiencia Nacional – Cuarta temporada La Casa de Papel

Y estoy dispuesto a asumir todas esas casualidades, como que Tokio sea la mejor cirujana porque… en un flashback lo habían planeado o que un helicóptero de carga pesada sobrevuele Madrid engañando a la Policía. La Casa de Papel tiene tantas cosas que me gustan que le perdono practicamente todo, pero el mayor problema que tengo con esta temporada es que no se ha avanzado nada. Después de un año esperando seguimos en el mismo punto. Durante ocho capítulos el único desarrollo en la trama se produce en los dos últimos, con el rescate de Lisboa y la ejecución de Nairobi.

Seguimos dentro del Banco de España y solo hemos visto flashbacks que siguen perfilando personajes que ya conocemos. De hecho, volvemos atrás con la evolución que había tenido el personaje de Denver y cometen la mayor atrocidad con ‘Arturito’. Me encantaba el papel que tenía Enrique Arce siendo tan insoportable pero necesario para la trama, ahora lo han convertido en un abusador al que quieres que lo hagan desaparecer.

La Casa todavía resiste en su Cuarta temporada

Con todos estos terremotos que hacen tambalear la Casa, la serie sigue enganchando casi como la primera vez. Entretiene a un ritmo frenético y genera vínculos emocionales con sus personajes. Cada espectador puede empatizar con distintos perfiles de los miembros de la banda y esto es lo que más potencia la cuarta temporada. Porque si hay alguien que ve a Tokio como un Maserati, yo lo veo como un monoplaza sin frenos ni dirección al que Río no debería ni acercarse. En eso radica también la gracia de la serie, en hacerte empatizar o no con las diferentes personalidades.

Por ejemplo Alicia Sierra, un personaje extraordinario por el que siento odio pero necesito verlo en pantalla. De hecho, las negociaciones interminables con Lisboa son lo que más me ha gustado de esta cuarta temporada. Así como Palermo, al que desaprovechan durante muchos capítulos pero que finalmente demuestra su potencial, Rodrigo de la Serna es un digno sucesor de Berlín. Gandía es una buena incorporación para la trama interna aunque al ser la única amenaza en toda la temporada por momentos se resiente.

A Berlín se le sigue echando de menos y aún así le dedican flashbacks para hacer discursos brillantes como el de la traición de un ser querido. Veremos si con Nairobi ocurre lo mismo porque perdemos un buen personaje al que ahora solo veremos de forma forzada en retrospectiva.

Lo que está claro es que la serie sigue manteniendo al espectador pegado al sofá y cada vez que acaba un capítulo es imposible no ver el siguiente. Esto es lo que realmente otorga un estatus de calidad que no pueden decir tantas otras. Si bien la cuarta temporada de la Casa de Papel es la más floja de sus predecesoras, cumple con la función de entretener, aunque comienza a poner en entredicho las habilidades del Profesor en detrimento de las conveniencias del guion.

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4 comentarios en “La Casa de Papel se tambalea

  1. Vaya Jose Miguel, me puse a ver la serie por tu artículo, y la verdad es que me ha encantado.
    Ahora que leo el artículo después de ver la serie, suscribo totalmente todo lo que dices.
    A ver si en la siguiente temporada se ponen las pilas y vuelven a la buena senda de las 2 primeras temporadas.
    Los dos últimos capitulos me hacen intuir que así sera… o eso espero.

    Saludos!

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