Opinión The Mandalorian (T2) – “This is the way” Star Wars
Con los midiclorianos alterados y la Fuerza todavía por canalizar, el cierre de la segunda temporada de The Mandalorian abraza uno por uno a los fans de Star Wars. La saga venía de estrellarse en el desierto de Jakku en una irrelevante nueva trilogía que nos dejó más helados que el planeta Hoth. Pero Disney, o mejor dicho Jon Favreau y Dave Filoni, han sabido reconstruir las cenizas que quedaron tras el Retorno del Jedi. Sin desmerecer a otras joyas como La Venganza de los Sith y a The Clone Wars/Rebels, The Mandalorian es el mejor producto de Star Wars desde El Imperio Contraataca.
The Mandalorian recupera ese tono western de la trilogía original y se aleja de la ‘Marvelización’ que había sufrido con JJ. Abrams y Rian Johnson. No es que fueran malas, es que se asemejaban mucho a un universo que disfrutamos con Marvel, y que no terminan de encajar con el legado de George Lucas. Sin embargo, la serie nos preparó en la primera temporada para un aumento progresivo en calidad que ha terminado de eclosionar en esta segunda parte.
La Temporada 2 te retrotrae a tu primera vez con Star Wars. Te hace sentir la experiencia de viajar por el espacio como en la trilogía original. De regresar a planetas conocidos como si volvieses a casa por Navidad. A disfrutar de un fan service bien cuidado y dosificado. La serie deja momentos tan épicos que es inevitable no mencionarlos, así que a partir de aquí comienza la lluvia de spoilers de una temporada que está a miles de pársecs de la última producción cinematográfica.
Crítica con spoilers: The Mandalorian Temporada 2
Y es que el capítulo 2×01, con 30 minutos más de duración, bien podría ser una película. La calidad es excelsa y comienzan a enseñarnos detalles del Universo Expandido. Nada más y nada menos que un dragón Krayt. Del que ya oímos hablar en una conversación entre Obi-Wan y Luke en 1977, algo que demuestra el mimo con el que está hecha The Mandalorian. Incluso nos acercamos a los Tuskens. Convivimos con los moradores de las arenas y hasta empatizamos con ellos, cuando siempre han sido personajes alejados del público.
Es cierto que esta temporada tiene capítulos transición, como el 2×02. Donde hasta el propio título: ‘La pasajera’, nos advierte del pequeño homenaje a Alien que vamos a encontrarnos. Y aunque posiblemente éste sea el más prescindible, no dejamos de emocionarnos cuando aparecen los X-Wing de la Nueva República como ‘antagonistas’. Este cambio de roles en la Fuerza, también sucede en un capítulo de transición, pero impecable, como el 2×07, donde los caza TIE son los que protegen al Mandaloriano en su entrada a una base oculta del Imperio.
Pero si algo bueno tiene esta serie es que adapta la duración del capítulo al contenido de la trama y no el contenido a la duración. Por lo que dependiendo de la historia que narre veremos diferencias de tiempo. Las aventuras episódicas no se alargan con tramas insustanciales para llegar al cupo. Los cazarrecompensas no tienen reglas y The Mandalorian como serie tampoco. Aunque sí, esta segunda temporada tiene un pequeño fallo que arrastra de la primera. Cada capítulo repite la misma estructura de mini-misión secundaria de videojuego para avanzar: ‘Llego a un lugar. Necesito información. Para conseguirla hay que ayudar al personaje que la facilita’. Lo que ocurre es que el ambiente y contenido es tan perfecto que diluye por completo el uso de este patrón.
Esta temporada nos ha regalado personajes que llevaban desaparecidos en el pozo del Sarlacc desde 1983. La presencia del mítico Boba Fett en varios capítulos refuerza la serie y lo vemos en acción como nunca antes en el 2×06. Y por si tuviéramos poco, llegan desde las series de animación dos auténticos emblemas del Universo Expandido de Star Wars: Ahsoka Tano y Bo Katan. Estos dos personajes cambian por completo el rumbo de la serie y marcan los orígenes de Grogu y hasta del propio Mandaloriano.
La serie se toma su pausa para presentar a Bo Katan y Ahsoka en capítulos propios, para que los ajenos a las series de animación conozcan más detalles de su relevancia en este Universo. Y para que los que hayan seguido de cerca sus hazañas en The Clone Wars y Rebels, no puedan hacer otra cosa que aplaudir por el cariño con el que han tratado los personajes.
Como haría Pedro Pascal al final del último capítulo de la temporada, yo también me quito el casco ante semejante obra maestra. Inevitable no enternecerse con la despedida de Mando con Grogu. Y es que en estos ocho capítulos, hasta han arriesgado dejando un episodio entero sin mostrarnos un solo plano de Baby Yoda. Teniendo las presiones ‘vende-muñecos’ de Disney , imagino que habrá sido algo difícil de conseguir.
Después del estropicio que le hacen a Luke Skywalker en los Episodios XVIII y IX, aquí se nos eriza la piel cuando vemos entrar ese Ala-X en la nave del Moff Gideon. Cada pequeño plano como el guante en la mano derecha o el sable de luz verde hace que nos invada una sensación de nostalgia y pureza por la saga. Mientras, un encapuchado Luke derrota a los aterradores Dark Troopers. Que por cierto, hacían bastante falta, ya que los Stormtroopers cada vez imponen menos. Y como colofón aparece R2-D2, al que le dedican una tierna escena con Baby Yoda. Todo bien.
The Mandalorian T2 ha dignificado la franquicia y nos hace experimentar un Star Wars con la esencia de siempre. Si la trilogía original dejó el legado de “que la fuerza te acompañe”, los mandalorianos le han enseñado a Disney que “this is the way“. Esto sí que es el despertar de la fuerza.
Me la apunto para cuando esté terminada. Gracias una vez más por tus aportes. Abrazo!
Ahora que leo esto… y ¿que te parece la temporada 3?
A mi, de momento, me está gustando bastante.
🙂
Saludos!